martes, 13 de mayo de 2014
El dispositivo electrónico que cuesta 7 dólares y quiere cambiar el mundo
Las memorias USB son una tecnología simple y tremendamente útil que a menudo damos por sentado.
Pero su importancia podría aumentar notablemente gracias al Keepod USB, una memoria capaz de almacenar un sistema operativo completo, para que el usuario pueda descargar su escritorio en cualquier computador.
Sus creadores, Nissan Bahar y Franky Imbesi, pretenden que este sistema ayude a disminuir la brecha digital en países en desarrollo.
A prueba en Kenia
En tan sólo seis semanas, su idea ha logrado reunir más de US$40.000 en fondos a través de la página Indiegogo, para iniciar una campaña con el fin de ofrecer computación de bajo costo a los dos tercios de la población mundial que hoy en día tienen poco o ningún acceso a la tecnología.
El campo de pruebas de este sistema serán las barriadas pobres de Nairobi en Kenia.
El ingreso medio del medio millón de personas que reside en el distrito Mathare de la ciudad es de US$2 al día.
Muy poca gente en este área tiene acceso a una computadora o a internet, pero Bahar y Imbesi quieren cambiar esto con el USB Keepod.
Resucitando viejos PC
Con este USB se podrá dar uso a computadoras viejas o descartadas, permitiendo al usuario ser dueño de su propia "computadora personal", con su propia información, programas y configuración, y por un precio de sólo US$7.
De este modo, se evita un problema común en este tipo de programas: la saturación de las computadoras usadas por muchas personas cuando estas guardan sus contenidos en un disco duro muy limitado.
Los dos socios esperan que unas 150.000 personas utilicen el Keepod en Kenia, y para ello se asociaron con LivInSlums, una organización no gubernamental que opera en Mathare, y que ayudará a distribuir las memorias USB a estudiantes y personal de la academia "WhyNot".
Como en otras escuelas en el este de África, ésta usa libros de texto y pizarras para enseñar. Tan sólo hace dos años que el centro tiene electricidad.
Proyecto Mathare
Durante una visita a la escuela en marzo, Bahar y Imbesi decidieron comprar un router para conectar la escuela a la internet.
Su solución consistió en colgar el router en una mochila clavada junto a uno de los dos enchufes de la escuela.
Parecía una solución improvisada, pero eso no evitó que los niños gritaran de júbilo al conocer que la escuela estaba en línea.
Ambos decidieron después llevar cinco computadoras sin disco duro a la escuela.
Tras dar un Keepod USB a cada niño, se les explicó que la computadoras de segunda mano funcionan directamente desde los USB.
Cualquier computadora con una pantalla, teclado y procesador básico funciona bien con esta USB ya que el dispositivo guarda la configuración personal del escritorio de su dueño en versión Android 4,4 de Google.
Un computador por persona
Cada USB recuerda la configuración del escritorio de su dueño, así como las claves y las páginas de internet visitadas.
Es capaz de almacenar cualquier tipo de archivo y programa descargado en su memoria de 8GB. La información puede ser encriptada y está protegida por una clave que debe introducirse cada vez que se conecta a una unidad.
"Esto hace posible que cualquiera con un Keepod pueda usar cualquier computadora y tener la misma experiencia", cuenta Bahar.
"Cada niño verá sus propios archivos y aplicaciones aparecer exactamente de la misma forma cada vez, sin necesidad de recordar todos las claves".
En el colegio fue palpable la ilusión de los estudiantes al ver cómo computadoras viejas volvían a la vida.
Los alumnos, se quedaron bien pasada la hora del fin de las clases para explorar y configurar sus nuevos aparatos.
Comercialización
Keepod no es una tecnología concebida para generar beneficios, pero la idea es que llegue el punto en que pueda autofinanciarse.
El plan de Bahar y Imbesi es que trabajadores locales compren las unidades USB, instalen el sistema operativo con algunas aplicaciones esenciales, y luego las vendan con una pequeña ganancia.
El precio final sería de US$7, con un beneficio de US$2 por cada aparato, lo que ayudaría a cubrir salarios y la expansión posterior del proyecto.
Según explicaron, otra ventaja añadida de este proyecto sobre la simple donación de computadoras es que si al dueño de un Keepod se le infecta la unidad con un virus, no será capaz de contagiar a la computadora, y por lo tanto no afectará a otros.
Aprender a usar la tecnología
Rita Anyango es una de las cinco personas que Keepod entrenó para mantener el proyecto en Mathare.
Dice que le gusta el modo en que el sistema permite a todos tener la experiencia de ser dueño de su propia computadora.
Pero teme que algunos padres se vean tentados de comercializar los aparatos para comprar alimentos costosos como la carne, al no darse cuenta de su potencial a largo plazo.
Y es que estos pequeños aparatos podrían ser intercambiados, o peor robados, dice, si no se cuidan.
Tony Roberts, exjefe ejecutivo de la organización sin ánimo de lucro Computer Aid International también tiene sus dudas sobre el sistema.
Advierte que sería demasiado optimista poner mucha fe en una tecnología para mejorar la educación o hacer que la agricultura sea más eficiente.
"En mi experiencia es siempre sobre cómo la gente usa la tecnología y no la tecnología en sí misma", dice.
Aún así, los fundadores de Keepod planean ya introducirlo en India, Israel, el sur de Italia y otras partes de África subsahariana.
Arqueólogos aseguran haber encontrado una de las carabelas de Colón, desaparecida hace 500 años
9:26
Datos Curiosos, Descubrimientos, Historias, ruinas
Arqueólogos aseguran haber encontrado una de las carabelas de Colón, desaparecida hace 500 años
Según los expertos, “La Santa María” fue hallada en las profundidades del norte del mar de Haití.
Un equipo de arqueólogos que trabaja en las profundidades del mar Caribe asegura haber encontrado a la Santa María, una de las tres embarcaciones que partieron del Puerto de Palos el 3 de agosto de 1492.
La información, dada a conocer por el diario londinense The Independent, afirma que la nave fue encontrada en las profundidades del norte del mar de Haití, donde según los diarios de Cristóbal Colón se hundió hace ya cinco siglos.
"Toda la geografía, la topografía marina y la evidencia arqueológica sugiere fuertemente que el naufragio identificado corresponde a la famosa carabela de Colón, la Santa María", explica Clifford al diario británico.
El científico norteamericano tomó fotografías de los restos del navío y logró agrupar diversas evidencias por las que considera se trata de la famosa nave.
Clifford y su equipo están trabajando en el sitio desde hace una década, pero detallan que solo ahora tienen datos suficientes para poder identificar la nave.
La flota de Colón, compuesta por tres carabelas, partió del Puerto de Palos en agosto de 1492. Los tres barcos eran La Niña, La Pinta y La Santa María, la más grande de todas y que según algunos autores no se trata de una carabela, como se cree usualmente, sino de otro tipo de embarcación: una carraca de tres palos, para los manuales de la época.
La nave encontrada contaba con unos 23 metros de eslora y podía transportar unas 50 toneladas, según cálculos actuales.
Sin embargo, los científicos admiten que resulta imposible identificar con total seguridad tanto el cañón como el resto de artefactos que fotografiaron en 2003, ya que desde entonces los saqueadores han robado todos los objetos clave.
Según Clifford, está en contacto con las autoridades haitianas para garantizar que el sitio se protege debidamente.
Fuente: RT/ infobae.com
lunes, 12 de mayo de 2014
PLANTAS CARNÍVORAS
PLANTAS CARNÍVORAS
Las plantas carnívoras siempre me han parecido muy curiosas, aunque no tanto como le parecían al propio
Charles Darwin. Un género de este tipo de plantas que crece en Inglaterra, el Drosera (del latín drosos,
gota de rocío), le tenía fascinado.
Este es. (Fuente)
Esta planta posee brazos cubiertos de pequeños filamentos recubiertos de una sustancia pegajosa que
se repliegan cuando notan el tacto de algún insecto. El insecto queda inmovilizado porque su cuerpo queda
rodeado de apéndices pegajosos, no porque la planta tenga una fuerza excepcional. Veamos una foto de un
bicho desafortunado desde más cerca:
De paso, se puede ver por qué su nombre está inspirado en las gotas de rocío. (Fuente)
Y aquí podéis ver que la sustancia pegajosa es bastante fuerte:
(Fuente)
Pero, Pensamiento Cientifico, ¿Por qué iba una planta a comer bichos, si les basta con un poco de luz y agua
para sobrevivir? ¿Por qué esa maldad?
Las plantas necesitan luz, agua, minerales y nutrientes para crecer y mantenerse vivas. Las tres primeras no
suelen representar un problema, pero no todos los suelos son ricos en los nutrientes que necesitan las
plantas para subsistir (principalmente, compuestos que contienen nitrógeno, potasio y fósforo).
Las plantas carnívoras se encuentran en zonas donde el suelo es pobre en estos nutrientes, como los
pantanos o las ciénagas.
Por otro lado, todos los seres vivos estamos compuestos por los mismos elementos así que, aunque el
suelo de estos lugares no contenga suficientes nutrientes, sí que hay una gran cantidad de ellos
revoloteando por el aire contenidos en el interior de los cuerpos de los insectos. Como las plantas no
pueden desenterrarse y ponerse a cazar o moverse hasta un lugar mejor, se han visto forzadas a desarrollar alternativas que les permitieran atrapar esta comida ambulante.
Por eso a lo largo de millones de años, alrededor de todo el mundo, muchas plantas que crecen en
ambientes similares han optado por esta solución, cada una por su cuenta, de una manera diferente.
Por ejemplo, tenemos la venus atrapamoscas originaria de una zona pantanosa de unos 100 kilómetros
de radio en Carolina del Sur, EEUU.
Las hojas (sí, esas “bocas” son hojas) de esta planta tienen una superficie roja, muy atractiva si eres un
bicho, en la que se encuentran varios “pelos” sensibles al tacto. Estos pelos detectan cuándo una presa
potencial entra en contacto con ellos y son los que avisan a la planta de que debería cerrar la boca para
intentar atraparla. Si la estrategia tiene éxito, el insecto queda encerrado en ella hasta que muere, mientras
la planta suelta encimas que lo descomponen y absorbe los nutrientes de su cuerpo.
También comen ranas pequeñas. De ahí que les llamen “carnívoras” y no sólo “insectívoras”.
Hay que tener en cuenta que la planta no tiene ojos o oídos para ver qué está haciendo la presa que tiene
encima así que, para aumentar sus posibilidades de éxito, la planta no se cierra hasta que el insecto ha
tocado dos veces sus “pelos” detectores en un corto espacio de tiempo. Así evita pasar el día
abriéndose y cerrándose al más mínimo contacto con cualquier cosa, gastando energía de manera innecesaria.
En la otra punta del mundo, las plantas carnívoras del género Nepethes, originarias del suresete asiático
, han desarrollado una estrategia distinta para “cazar”.
(Fuente)
Poseen largas lianas, al final de las cuales cuelga una hoja en forma de saco que, en su fondo, contiene
un líquido tan pegajoso que incluso retiene sus propiedades si se diluye en agua, algo crucial para
las hojas en forma de saco que se llenan de agua cada vez que llueve.
Los colores vivos de las hojas, su olor y su néctar atraen a presas de todo tipo, desde insectos hasta
ranas y ratas, que caen al fondo y se ahogan, atrapadas en el líquido. Para dificultar el escape de
las presas, la parte interior de la hoja cuenta con una zona muy resbaladiza, otra pegajosa y la apertura
está dotada de pequeñas púas.
Una vez ha atrapado algo, la planta produce fluidos digestivos que disuelven lentamente el cuerpo para
permitir la absorción de los nutrientes que contiene.
Pero existe una planta carnívora menos conocida que tiene un método muy distinto para conseguir comida.
Se trata de la Darlingtonia californica, o lirio cobra (por su forma parecida al animal), nativa del oeste
estadounidense.
(Fuente)
Las hojas de esta planta están curvadas y llenas de pequeños parches translúcidos que tienen la
finalidad de confundir a los insectos que entran en ellas, ya que actúan como falsas salidas. Los
insectos acaban extenuados intentando escapar a través de ellas (si las moscas insisten cientos de
veces si se encuentran con un sólo cristal, imaginad lo locas que se vuelven ahí dentro) y caen al interior
donde, qué sorpresa, son digeridos por encimas que los descomponen y bla, bla, bla.
Y aquí acaba bruscamente la entrada de hoy.